Logopedia



TÉCNICA VOCAL – LOGOPEDIA, concepto

   Carme Tulon distingue, dentro de la Logopedia, dos campos que para ella tienen entidad propia: la Logopedia entendida como conocimiento y tratamiento de los problemas del lenguaje, y la Técnica Vocal o Foniatría como conocimiento y tratamiento de los problemas de la fonación o voz. Se trata, pues, de separar el concepto de lenguaje del concepto de fonación.

   Hoy en día se tiende a que la Logopedia englobe estas dos ideas: lenguaje y voz. Ello se debe a que, en España, no existe una formación académica oficial que trate por separado estos dos campos. Ambas especialidades son, en ellas mismas, lo suficientemente complejas como para merecer una más clara diferenciación. La consecuencia es que, el logopeda, recibe una formación más bien escasa en el tema de la voz, ya que los estudios están más centrados en el ámbito del lenguaje. El logopeda interesado en formarse en el campo de la voz se ve obligado a cursar estudios fuera del programa que, generalmente, ofrece la formación logopédica. Estos estudios no están unificados, de manera que, el criterio voz-patología-rehabilitación no sigue los mismos patrones.

   Carme Tulon es ante todo técnica vocal, aunque como logopeda trata casos concretos, sobre todo entorno a la patología del lenguaje del adulto.

   

LOGOPEDIA



   En base a lo dicho, Carme Tulon, expone en estas páginas solamente los casos de su competencia laboral.

   El lenguaje del adulto se considera como una actividad plenamente desarrollada. De manera que cualquier cambio en su conducta se entiende como indicativa de la presencia de un trastorno.

   La patología del lenguaje en el adulto se manifiesta, entre otras posibilidades, como torpeza en la articulación del mismo, debida a alteraciones del control muscular de los mecanismos del habla. Estas alteraciones pueden ser debidas a lesiones del sistema nervioso central y/o periférico que implican órganos fonoarticulatorios. Éste es el caso en embolias, trombosis, ictus, etc. Estos pacientes pueden presentar, además, alteraciones en la memoria, la escritura, la lectura, etc. La rehabilitación consistirá en trabajar las distintas áreas afectadas con los recursos más apropiados a cada necesidad.


   En la enfermedad de Parkinson las causas son distintas, la estructura del lenguaje no se ve comprometida. Más que torpeza muscular el parkinsoniano  presenta lentitud en el discurso, rigidez articulatoria, falta de ritmo y de fluidez en el habla y a menudo un cambio en el tono de la voz; ésta resulta trémula, monótona y la modulación es escasa o inexistente; la voz ha perdido su musicalidad. La rehabilitación trata de aliviar estos efectos a la vez que trabaja un mayor control psicológico.

  
   La disfemia o tartamudez es un trastorno de la fluidez del habla que se caracteriza por repeticiones o prolongaciones involuntarias, más o menos manifiestas, en el ritmo de la expresión verbal sin que exista alteración de los órganos fonoarticulatorios. Se puede definir la tartamudez como una logofobia variable según el individuo. El disfémico cuando habla sufre incoordinaciones, a modo de espasmos, a nivel de la laringe que le bloquean la fluidez del discurso.

   Hay que tener en cuenta que el disfémico sólo tartamudea cuando escucha su propia voz hablada; no así cuando canta; de hecho, muchos tartamudos encuentran en el canto un modo de expresión altamente satisfactorio, además de la constatación que su trastorno solamente afecta a la fluidez del habla.

   La mayoría de las disfemias se presentan entre los 3 y los 5 años. Se desconoce la causa, aunque la mayoría de autores se inclinan por atribuirle un origen emocional; no quiere decir esto que el tartamudo sufra ninguna enfermedad psicológica, al menos no más que la población de locutores considerados normales.

   Las terapias utilizadas en este tipo de tratamientos han de tener en cuenta las diferentes necesidades que plantean los disfémicos y sus individualidades.

  
   El laringectomizado es un individuo a quien se le ha extirpado la laringe privándolo de la posibilidad de comunicarse por medio de la voz tal como lo había hecho hasta entonces.

   Antes de la intervención quirúrgica, la laringe, contenía la bifurcación entre la vía respiratoria y la vía digestiva. Tras la extirpación de la laringe la vía digestiva está conservada, no ha sufrido alteración. No ocurre lo mismo con la vía respiratoria que ha sufrido importantes cambios. Ahora la vía respiratoria no llega a la boca, sino que se relaciona con el exterior mediante un traqueostoma abierto por encima de la escotadura de las clavículas (véase esquema).





    En la voz laríngea normal el mecanismo vocal se basa en cuatro principios fundamentales: 1) aire circulante; 2) un vibrador; 3) órganos de la articulación y 4) cavidad para la resonancia. Vamos a verlo más detenidamente: las cuerdas vocales se encuentran dentro de la laringe; en el momento que se quiere emitir un sonido éstas se cierran bloqueando el aire procedente de los pulmones; el aire así bloqueado crea una presión y cuando esta presión llega a su nivel óptimo vence la resistencia que le ofrece el cierre glótico (cuerdas vocales) y éstas, al paso del aire, ondulan (vibración); al mismo tiempo actúan los órganos de la articulación (lengua, labios, velo del paladar) que dan forma al lenguaje, y, finalmente, el espacio resonancial (la boca) lo sonoriza y es así como nosotros lo percibimos. El mecanismo vocal es, evidentemente, mucho más complejo, pero lo expuesto nos parece suficiente para su comprensión.

   El laringectomizado conserva intactos los órganos de la articulación y el resonador (ambos en la boca). Carece, no obstante, del vibrador, y el aire circulante procedente de los pulmones ahora se interrumpe antes de llegar a la boca. Se precisa pues un mecanismo que relacione de nuevo los cuatro elementos básicos de la voz: aire circulante, vibrador, órganos articulatorios y resonador.

   La erigmofonía es un método de habla sustitutivo de la voz laríngea que permite al laringectomizado la adquisición de un nuevo mecanismo vocal, devolviéndole la comunicación oral que había perdido.

   En la erigmofonía se usa como vibrador vocal el esfínter del esófago (próximo a la boca) y como aire circulante, para provocar dicha vibración, un eructo provocado.

   El laringectomizado aprende a tragar aire (como se traga agua) y a eructarlo acto seguido; prolongando dicho eructo se obtiene un sonido de menor o mayor duración (a mayor duración mejor rendimiento vocal). Los órganos de la articulación actuarán como lo hacían antes, o sea configurando los diferentes sonidos del lenguaje. El resonador bucal se encargará de reforzar el sonido de la misma manera que lo hacía antes. Se trata, pues, de cambiar un vibrador por otro y una procedencia de aire circulante por otra.

   La calidad vocal del laringectomizado que practica la erigmofonía está sujeta a diferentes variables: la más importante de las cuales es una actitud positiva ante el aprendizaje, además de facilidad articulatoria, tonicidad muscular general, edad, etc.

   El logopeda valora las posibilidades del laringectomizado y plantea la línea a seguir, ofreciéndole a éste el máximo número de herramientas que faciliten un buen aprendizaje.